¿Qué queréis que os diga? Es cierto que las japonesas –bueno, las asiáticas en general- tienen fama de delgaditas, finas y frágiles. Vamos, que en el imaginario colectivo de occidente siempre las hemos tenido por tablas de planchar. Ahora bien, de vez en cuando salen algunas que a tetonas no les gana nadie. Quizá estéis todos pensando en Hitomi Tanaka, y con razón. Pero hoy queremos rendir homenaje a otra diosa de ojos rasgados y tetazas abismales: su nombre es Kei Megumi. Ah, y por supuesto, también presenta un gatete acostao ahí abajo, como reivindicando las costumbres de su país, por si con esas tetas a alguien le había cabido en la cabeza pensar que no era nipona.

Kei Megumi: limpiar teta, pulir teta
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