Ay, Katerina Hartlova. Ese regalo del cielo con ese par de tetazas que son un regalo divino. Una estrella porno de la fría República Checa a la que no le asusta nada (la hemos visto en un memorable bukkake con Torbe) y cuyo rostro desprende candidez, buen humor y, ante todo, mucho vicio. El morbo en torno a ella es brutal, podría pensarse que sutil, pero en el fondo muy cerdo. Una mujer grande en todos los sentidos. Con grandes tetas, gran culo, grandes piernas… Como nos gusta, con carne para agarrar y manosear, morder, besar. En una palabra: una mujer 100% follable, la mires desde el ángulo que la mires. Ella es Katerina Hartlova. Una diosa tetona –otra más y que la rueda no pare- venida de Chequia.
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